La Princesa

Los unió la fuerza y magia del destino, él vestía como un mendigo triste y soñador. Venía de amoríos con una blanca señora que le entrego su amor. Ella era una princesa, la más bella muchacha que él jamás observó. Violeta su vestido, su aroma, su color.

La blanca señora a él le prometía cosas vacías como fiel dictador. Fue acercándose a la princesa quien le susurro cual cuento de hadas, el mas lindo que el oyó. Despacito fue dejando, olvidando a esa dama nívea y de repente ella lo abandono. Lo dejo solo como a un perro que con desconcierto en multitud desconocida busca su dueño pero con certeza el sabe que no encontrará.

El mendigo corazón se arrimó al de la princesa en busca de cobija y amor, despacito como león herido que acecha despreocupado su destino.

A cada paso fallido, la dama aparecía. Con mas fuerza y vigor al mendigo sometía en su reino de terror, lo auto flagelaba y el resignado aceptaba. La sensación era inmensa en momentos de dolor.

Con los cuentos de la princesa, de la dama se fue olvidando. Cuando fallaba y caía la dama ya no surgía. Fuerza sobre el fue perdiendo y en lo que mas quería lo golpeo, pero ya era tarde lo había perdido, el no volvió.

El mendigo y la princesa devota historia de amor. Ambos se querían, se deseaban con pasión. La dama espera, acecha, sabe que aún no murió. En el corazón de él fue reemplazada pero algo de ella quedó...

No hay comentarios: