Camino de la noche oscura.

Era tarde por la noche y allá iba él desesperado, buscando en lugares en los que nunca antes había pisado a su único amor. Hizo por ella cosas que jamás hubiera pensado, antes de que se diera cuenta ante su olor caía enamorado y destrozado.

El frío de una noche sin estrellas, una luna llena inmersa en una oscuridad creciente alumbraba desde el alba resplandeciente. Frío de mañana lejana que se avecina en destino concreto.

Su rostro fiel reflejo, bosquejo de la felicidad reinante, en sus manos contenía tan valioso paquete. Dientes manchados de vicio que dejan a entrever la vida cruel de una línea bizarra que hace mucho logró cruzar, esperando él nunca regresar.

Camina a paso firme, el latido de su corazón se agita como compás al son de la música de un arpa, haciendo de estos la única melodía que podrá escuchar. Se encuentra solo y a la vez muy acompañado, cualquier error en esas instancias es demasiado caro.

Danza de perfecta sinfonía, el hecho se ha concretado. Vuelve él pasos atrás queriendo observar si ha sido observado. No hay espacio para pensar camina deprisa sobre sus pies y vuelve con tan ansiado tesoro, una sonrisa nuevamente se dibuja en sus labios pero esta vez carece de felicidad. Sabe que por el tesoro mucho a dejado, sabe que ya nunca volverá a ser el que era, sabe que el ha muerto en el camino y la danza no ha hecho mas que comenzar.

Danza que se repite, danza que no puede parar.